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Una tarea por desarrollar, para servir

Cuando se observa en la televisión, la triste violencia de las turbas direccionadas, de manifestantes en las calles, generando desorden, confusión y caos, nos trae a la memoria, las líneas de comportamiento sindicales en la época de Lucha, consecuentes con posiciones sociales y carácter de clase independientes en el ejercicio de sus tareas misionales, que permiten evidenciar que:

La meritocracia es un mito en 200 años, y no sólo en el Perú. Los puestos de poder ofertados en la Administración Pública están reservados para una élite que cuenta con ciertos privilegios. Incluso, cargosde profesionales demandan no sólo cumplir un perfil calificado, sino también, el tener el contacto, quien será quien hable por el candidato y comprometa (el padrino). Conozco casos como, de un Ingeniero Petrolero que se desempeña como un atento Técnico de Internet, y en la empresa privada, y no se dispensen, la Covid-19 no es la responsable de la situación.

Sucede con la meritocracia que, dentro de nuestra dominante Cultura Organizacional en las entidades y empresas públicas, se le utiliza como aquel discurso que justifica el orden de las cosas, el mismo que reza que ciertas personas desempeñan posiciones destacadas, en determinados campos, se lo merecen porque se admite, que tienen los suficientes méritos y talentos por sí mismos (“per se”).

Luego, ello no es parte de los derechos de aquellas personas que con el mismo talento y mérito personales, no tienen iguales oportunidades para alcanzar esas mismas posiciones,  por no tener el mismo origen social de previlegio, que le permita contar con el capital social de respaldo que lo garantice.

De aquí vemos, como los “gerentes previlegiados” fracasan por no sintonizar con la realidad cultural humana circundante, les falla los circuitos de las “relaciones industriales”. Para empezar, no es aplicable en la Ciencia de la Administración, su enfoque material de los “recursos humanos”, porque las personas son seres libres, dignos y pensantes, por esto no son meros medios o insumos.

Contrariamente, la misma Contraloría General de la República-CGR en su normativa de control gubernamental, segrega conceptualmente, entre recursos y bienes, cuando en estos casos sí son elementos sinónimos.

Es más, tenemos padres de familia que proyectan a ganador, que sí vale la pena invertir en hacer estudiar a sus hijos, en algunos “grandes” colegios o universidades, reconocidos como exclusivos, costosos o de élite, que les permitan ganar “buenos contactos”, y es lo que aceita la ruta hacia las posiciones de empleo destacadas.

Luego:

Las entidades públicas del Perú deberán cumplir y contar en su práctica, con servidores civiles idóneos de acuerdo a los perfiles de puestos con capacidades, habilidades y competencias idóneas para los cargos a desempeñar y conducirse, sobre la base y garantía de los Principios de la Meritocracia, Transparencia, Igualdad de oportunidades, Integridad y Responsabilidad Social.

Complacido con su amable lectura.

Por:  Alberto  Quedas (ABR.2022).