- Guillermo D. Olmo @BBCgolmo
- Corresponsal de BBC News Mundo en Perú
Vladimir Cerrón es, probablemente, el político más polémico e influyente del Perú actual.
Fundador de Perú Libre, no pudo ser su candidato por la condena por corrupción que lo inhabilitó para cargos públicos en 2019. Eso lo llevó a apostar en 2021 por Pedro Castillo, quien acabó sorprendiendo a muchos en el espectro político peruano y se convirtió en presidente.
Pero Cerrón sigue siendo un actor político decisivo en la fragmentada escena política, al punto de que para muchos analistas es quien maneja los hilos del gobierno.
Las imágenes en su despacho en la sede de su partido, ubicado en la avenida Brasil de Lima, son un compendio de sus referentes.
A la entrada, un cuadro de grandes dimensiones lo retrata junto a Castillo, cabalgando ambos en entrada triunfal a Lima. Al lado, un retrato del Che Guevara, recuerdo de Cuba, el país en el que se formó como neurocirujano y por el que no oculta su admiración.
Sobre su mesa, otro retrato, el de sus padres. Su padre, Jaime Cerrón Palomino, profesor marxista de la Universidad Nacional del Centro del Perú, murió brutalmente asesinado en 1990, un crimen del que Vladimir Cerrón culpa al «terrorismo de Estado».
Según cuenta, el asesinato provocó su despertar a la política y a las ideas marxistas que quiere hacer prevalecer en Perú, más allá de las críticas que estas reciben y de las investigaciones sobre él que se acumulan en los tribunales.
El presidente Castillo plantea ir hacia una nueva Constitución, una reivindicación de su partido que parecía relegada. ¿Por qué creen que sería una solución para Perú ahora?
Es una aspiración del pueblo peruano hace más de 15 años, un proceso que ha ido madurando y finalmente se hizo ya una propuesta en la campaña presidencial.
El presidente se ha dado cuenta en este momento de que si no le da una motivación al pueblo del cumplimiento de sus promesas, se quedaría totalmente aislado.
Se le dijo al presidente hace mucho tiempo que no dejara en el aire esta promesa.
Ya ha quedado claro que la iniciativa no cuenta con apoyos suficientes en el Congreso y una reciente encuesta muestra que solo un 7% reclama una nueva Constitución. ¿Se sienten legitimados para impulsarla?
Castillo tenía menos del 1% cuando empezó su campaña. Así lo presentaban las encuestadoras de la derecha, las que manejan el monopolio. De habernos desanimado, no hubiéramos llegado al gobierno.
Si hacemos una encuesta en el sur, el apoyo es más del 80%. A partir del sur el centro se va a ir contagiando y luego el norte.
Lima va a tener que entender la necesidad del reclamo del Perú mayoritario.
Pero tienen que pasar por el Congreso. ¿Por qué insisten entonces?
Luchar por una utopía es en parte construirla.
Nosotros creemos que este es un proceso político que tiene que ir peleándose constantemente. Antes lo tomaban como una broma y después algunos partidos y periodistas que se sentían ajenos comenzaron a hablar del tema.
Hoy ya hablan de esto los partidos y el Parlamento. La gente cada vez es más consciente de esta necesidad histórica.
Y es vital, porque si no cambiamos la Constitución el Perú va a seguir enfrascado en la pobreza, en la corrupción y en todos los males que lo han aquejado hasta ahora.
¿Qué le hace pensar que un cambio en la Constitución significaría necesariamente una solución?
Cambia medularmente el tema económico.
La Constitución actual solamente promociona la iniciativa privada, no la mixta y menos la pública.
El Estado no tiene empresas y debería tenerlas para competir en un libre mercado y proceder a una rebaja de precios frente a la exclusividad y el monopolio de los privados, que han abusado constantemente.
Por ejemplo, el precio del cobre se ha disparado, pero sin embargo, por contrato, el Perú no se hace acreedor de un centavo más, mientras las trasnacionales se benefician.
¿Propugnan entonces un cambio del modelo económico?
Efectivamente. No queremos mejorar la Constitución. Queremos abolir la Constitución.
Y desmontar el modelo neoliberal para pasar de una economía social de mercado, que de social no tiene nada, a una economía popular con mercados, donde el hombre no sea un objeto mercantil.
Y lo mismo pase con la educación y la salud.
¿Y en qué consiste esa economía popular, como usted la llama?
Es aquella economía que combate, por ejemplo, el centralismo económico. Lima se queda con el 74% del presupuesto y solamente un 25% va a los gobiernos regionales y un 5% a los municipales. Eso debe cambiar.
Queremos un país que deje de ser un vendedor de materias primas, y que comience una industrialización que garantice la soberanía.
Más aún si se procede más adelante con un bloqueo frente a un gobierno de izquierda como el que enfrentan otros países contestatarios a las grandes potencias.
Queremos un Estado que no sea un acumulador de riquezas, sino que redistribuya. ¿De qué nos sirve tener 74 mil millones de dólares en reservas cuando tenemos a profesores y médicos reclamando aumento de salarios?
Perú Libre no es enemigo de la inversión privada ni del mercado. Lo que queremos es que tengan que regularse y paguen los impuestos, no que puedan evadirlos como hacen ahora en complicidad con los poderes del Estado.
¿Hay algún país cuyo modelo le gustaría replicar en Perú?
Quisiéramos parecernos a algunos países primermundistas, pero tenemos que acercarnos más a nuestro nivel, a los países tercermundistas que han ido mejorando.
Ecuador mejoró bastante en el gobierno de Rafael Correa. Allí, en lugar de vender un recurso natural como el petróleo, se pasó a que el Estado controla la distribución y eso le da mejores réditos.
¿Puede ser el Estado un actor económico eficiente? En otros países de América Latina hemos visto procesos de nacionalización que desembocaban en un deterioro económico.
Eso de que el Estado es un mal administrador es un mito que tenemos que revertir.
Bolivia nos ha demostrado que nacionalizando la mina, sus telecomunicaciones y sus recursos gasíferos ha obtenido réditos que históricamente no había tenido.
Ahora Bolivia tiene el problema de su alto déficit fiscal.
Igual que Estados Unidos, pero sin ir a Bolivia ni a Estados Unidos, en Perú hay empresas estatales que funcionan muy bien, como el Banco de la Nación del Perú o EsSalud (Seguro Social de Salud).
Las que eran mejor que esas las privatizaron y las vendieron a un precio muy barato a sus testaferros. Eso fue lo que hizo el gobierno fujimorista con muchas empresas del Perú.
El Estado sí funciona. Veamos Cuba. Su salud pública, su educación, su capacidad deportiva y de auxilio internacional son envidiables.
¿Le gustaría replicar algo del modelo cubano en Perú?
El sistema de salud totalmente gratuito, con un médico en cada manzana, con siete hospitales especializados en cada provincia, con equipos de última generación formando médicos, también extranjeros, a cambio de nada.
¿Y hay algo más que le gustaría imitar?
El deporte, por ejemplo. Cuba ha destacado como ningún país tercermundista y es un ejemplo.
Pero hay otros aspectos que podría cuestionarse de Cuba.
La educación es totalmente gratuita. Allí hasta la actividad turística es cultural.
¿El modelo económico cubano es para usted un modelo a seguir?
En eso tenemos divergencias, porque los recursos económicos de Cuba no los tiene el Perú ni viceversa.
Cuba no tiene petróleo, ni gas, ni minas, excepto níquel. Tampoco tiene la pesca que tiene el Perú.
Sin embargo no tiene analfabetos, su esperanza de vida es 85 años* y su mortalidad infantil es más baja que la de Estados Unidos**.
*Según el Banco Mundial, la esperanza de vida al nacer en Cuba se situó en 78,89 años en 2020, el año más reciente del que hay datos.
**Ese mismo año, la mortalidad infantil fue de 4,10 por cada 1.000 nacimientos en Cuba. En Estados Unidos fue de 5,40, ambas cifras del Banco Mundial.
Hay mucha gente que se marcha de Cuba porque está descontenta con la realidad de su país.
Igual que se marchan del Perú. La juventud peruana se escapa cada día, no porque quiera, sino porque no encuentra oportunidades aquí.
¿Y qué opinión tiene del sistema político de partido único de Cuba?
El sistema cubano ha ido acogiendo algunas demandas de su población en los últimos años. Ha llevado a referéndum una propuesta de Constitución que ha ganado con más del 90%, donde reconoce la propiedad privada, los gobiernos regionales que antiguamente no existían y una sola reelección por Presidente de la República…
Le preguntaba por lo del partido único.
El partido único es lo que hay en Estados Unidos. Demócratas y republicanos son lo mismo. Los dos le meten bombazos a Afganistán, siguen bloqueando a Cuba y oprimiendo a los países tercermundistas. Son las dos caras de una misma moneda. También hay monopartidismo en Estados Unidos.
¿Le gustaría que en esa Constitución que promueve para Perú se estableciera como en la cubana un partido único que actúa como fuerza superior rectora?
No, en absoluto. Somos partícipes del pluralismo político, aspectos que aquí más bien quieren negar al Partido Perú Libre, persiguiéndolo, allanando e incautando sus propiedades y encarcelando sus líderes.
Usted fue condenado en 2019 por negociación indebida.
Incompatible (corrige).
Incompatible, correcto. Está además acusado en otros procesos…
Sí.
¿No se siente en cierta medida responsable del descrédito de la política que detectan las encuestas en Perú?
Nosotros hemos venido a dignificar la política. Dirigí dos veces el Gobierno Regional de Junín y mientras el Gobierno Regional de Junín ha construido cuatro hospitales especializados, Lima no construyó uno solo.
Y mientras el Gobierno Regional de Junín tiene médicos de familia, Lima no tiene ninguno en sus conos.
Mientras Junín tiene odontólogos y psicólogos en sus colegios, a Lima no le interesa poner uno solo.
Mientras en Junín se hizo una movilización para erradicar el analfabetismo, a Lima no le interesa alfabetizar a nadie. Esa es la razón por la qué Perú Libre fue creciendo.
¿Algo que añadir sobre su expediente personal?
Se me condenó por una sentencia totalmente política para impedir mi candidatura a la Presidencia.
Hay un Procurador público en el Gobierno Regional de Junín que concilia con una empresa privada para pagarle 850.000 soles.
Yo como gobernador tenía que dar cumplimiento a esa conciliación y envié una carta al gerente para que pueda pagarse esa conciliación que ya el procurador había concertado con la empresa por la vía legal. Ese fue todo mi delito.
El general al mando de la Dirección Contra el Terrorismo (Dircote) señaló recientemente que tiene vínculos con Sendero Luminoso. ¿Los tiene?
En absoluto. Por eso le he dicho claramente al general Arriola que demuestre cuál es ese vínculo. Le decimos con toda la moral que no somos terroristas y lo vamos enfrentar judicialmente.
Nosotros combatimos el terrorismo subversivo y el terrorismo que el Estado peruano aplicó. Mi familia fue víctima de ese terrorismo de Estado, por lo que está claro que yo no podría promover ese tipo de actitudes.
¿Cómo cree que encajan los ciudadanos que el dirigente de uno de los principales partidos tenga un expediente judicial como el suyo?
En América Latina se ha instaurado la persecución judicial motivada por intereses políticos.
A nosotros se nos triplican las denuncias a partir de que pasamos a la segunda vuelta. Nos abren investigación por apología del terrorismo, por organización criminal, por vínculos con el narcotráfico del VRAEM..
Lo condenaron años antes de la segunda vuelta.
La sentencia es de 2019. Estoy hablando del 2021. Ahí nos metieron como diez denuncias. Así funciona el sistema. El fin es hostigarnos, cansarnos y cercarnos judicialmente para decir después que no puedo ejercer la política.
Esas cosas que han inventado de los dinámicos del centro y de cualquier otra organización responden al paso del Perú libre a la segunda vuelta. Si no, ni se hubieran dado cuenta de que existe el partido.
Se dice de usted que es quien mueve los hilos del gobierno. ¿De verdad tiene tanto poder?
Es totalmente falso. Hace más de un mes que no veo al presidente, pero dicen que soy el autor del proyecto de ley de Constitución.
¿Y cómo es su relación con él?
Es cordial y amical. Hay ocasiones en que debemos encontrarnos para platicar políticamente aspectos cruciales y me ha convocado a Palacio. Mi reunión ha sido pública; no tenemos nada que ocultar. Mantenemos la relación con la bancada porque es un destacamento del partido en el Parlamento y ahí podemos debatir mejor y proponer proyectos de ley.
Él ha marcado distancias con usted en público y usted se ha referido críticamente a algunos ministros. ¿En qué punto se encuentra ahora su matrimonio político? ¿Se entienden o hay distanciamiento?
No hay ningún distanciamiento, pero tampoco un apego.
El partido mantiene su independencia. Cuando cree que el gobierno está haciendo algo indebido, lo hemos manifestado. Nos manifestamos, por ejemplo, en contra del gabinete caviar y es más, el partido votó en contra de ese gabinete que presentó el presidente. Después nos dio la razón.
Fuera de Perú mucha gente no sabe qué significa eso de «caviar».
Caviar es aquel que ante el público se presenta como un hombre de izquierda, pero trabaja para fortalecer el sistema neoliberal. Es alguien que se disfraza o flamea tu bandera y después te clava el asta.
Hoy existen muchas organizaciones, fundamentalmente organizaciones no gubernamentales que dicen ser de izquierda, pero son financiadas por la USAID*** de Estados Unidos.
***La USAID es la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos.
¿No se puede ser de izquierda y recibir financiación de Estados Unidos?
Por supuesto que no. Las oenegés han sido el reemplazo de los famosos cuerpos de paz. Estados Unidos creó las famosas oenegés para lavarse las manos y decir que no interviene.
Si el Gobierno de Estados Unidos le ofreciera dinero para, por ejemplo, proyectos de atención a la infancia en Perú, ¿no lo aceptaría?
Habría que ver bajo qué condiciones. Conocemos la psicología capitalista y sabemos que ellos no van donde pierden.
Estados Unidos le ha dado dinero al Estado a través del Fondo Monetario Internacional y del Banco Interamericano, pero siempre a cambio de que privatice. Eso no es ninguna ayuda filantrópica. Es una inversión para privatizar el país.
Usted habla con él ¿Sabe por qué Castillo cambia tanto de opinión y de equipos?
El presidente está mal asesorado en su círculo más interno. Hay inclusive muchos agentes de derecha a su alrededor. Frente a esa influencia diaria, a veces toma actitudes equívocas. Y es ahí donde el partido tiene que ofrecer una crítica constructiva y mandar el mensaje de reorientación o rectificación al gobierno.
Últimamente hemos visto protestas en zonas que lo apoyaron mayoritariamente en las elecciones. ¿Qué está pasando?
Pasa primero porque el presidente no ha aplicado hasta el momento ninguna política de izquierda. No ha revisado los contratos, ni ha nacionalizado ningún recurso estratégico, que no pueden estar en manos del enemigo.
¿Quién es el enemigo para usted?
Quiero terminar. Cuando más se ha acercado Castillo es a presentar el proyecto para una Asamblea Constituyente. La otra causa de rechazo es que Castillo está aplicando el programa perdedor de la derecha. Si sigue aplicándolo y no cumple sus promesas, el pueblo no lo va recibir con los brazos abiertos.
Los recursos están en manos de empresas privadas. ¿Son el enemigo al que se refiere?
Es un enemigo económico, porque se llevan el 80% de las ganancias, no pagan regalías y algunas están exoneradas de impuestos. Es inaudito.
Se están levantando el país al peso y todavía amenazan con irse, si hay alguna regulación o renegociación. Nunca se van a ir porque no hay país que se deje explotar tanto.
¿Puede Castillo sostenerse en un contexto de inestabilidad como el que vive Perú hoy, con cambios de ministros, protestas, conflictos mineros?
No es una novedad en Perú. Ha habido presidentes que han durado 15 días. Pero viene acumulándose y llega un momento en que la crisis se agudiza. Y cuándo se está en el punto más alto viene la solución, que debe ser la convocatoria al referéndum para una Asamblea Constituyente.
Está en manos del Congreso. Si no lo aprueba, vendrá otra elección en la que se ofrecerá lo mismo y en algún momento se ganará. Cuando el pueblo se enamora de un proyecto no hay quien lo pare.
¿De veras ve a los peruanos enamorados de su proyecto constitucional?
Hace 15 años no creía en esto. No lo teníamos en nuestra plataforma partidaria, pero cuando fuimos recorriendo el Perú profundo vimos la realidad distinta. Pasó a ser una bandera de lucha del partido.
¿Hasta qué punto lo marcó la muerte de su padre?
Bastante. Cuando murió, maduré políticamente y me pregunté por qué lo habían torturado y asesinado. Me aboqué a la lectura de sus obras y llegué a la conclusión de que aquel crimen no es más que la expresión de la lucha de clases.
¿Ha perdonado a los asesinos?
He tenido alguna conversación indirecta con alguno de ellos.
¿Con quién?
No le puedo decir el nombre, pero a mí no me mueve la venganza. Esa gente son operadores del sistema político. Los autores mediatos son otros. Culpo directamente al gobierno de Alan García Pérez, que fue el que mandó ejecutar a mi padre.
¿Y les ha perdonado?
El perdón en este caso no tendría mayor relevancia.
La satisfacción de que esa muerte no haya sido en vano es haber traído una voz contestataria del Perú profundo y ver que es la primera vez en la historia que un partido del Perú provinciano llegue a estos niveles nacionales.
¿Sigue pensando que no debe reconocerse el matrimonio entre personas del mismo sexo?
Nunca he pensado eso.
Lo declaró públicamente.
Hemos dicho que no es una prioridad de nuestro programa, porque mientras en el Perú tengamos tuberculosos y analfabetos, no podemos ocupar esfuerzos por ese lado.
¿Cuál es su postura sobre ese tema?
Soy partidario de respetar la vida privada. El partido se ha manifestado a favor de la unión civil.
¿Está a favor del matrimonio?
Estamos en un proceso que la misma sociedad tiene que aceptar. No es un tema que se puede imponer de la noche a la mañana. Esta es una sociedad altamente conservadora y católica.
¿Entonces está a favor o en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo?
Del matrimonio, no sabría decirle, pero sí de la unión civil.
Alguna vez declaró que existe una ideología de genero alimentada por el capitalismo mundial que busca aumentar las ventas de cosméticos entre los hombres. ¿Sigue convencido de eso?
Hice referencia a algo que se manifestó en un foro mundial y que tiene bastante lógica.
La crisis capitalista parte de una súperproducción de artículos y de no saber dónde venderlos. Así como el capitalismo ha visto en la mujer un mercado en la línea cosmética, quiere verlo también en el hombre. Pero para eso tiene que ablandar la mente de las nuevas generaciones mediante la ideología de género.
¿Y en qué consiste esa ideología?
En convencer a las nuevas generaciones de que algunas opciones sexuales son naturales, bienvenidas y promovidas por el Estado.
¿Eso para usted es ablandar la mente de la gente?
Sí
En eso coincide usted con los postulados de gran parte de la derecha peruana. ¿No le incomoda?
En absoluto. Porque, según la dialéctica, en el mundo no hay dos cosas tan iguales, ni tampoco tan diferentes. Hay puntos en común.