Por: Alberto Quedas (JUL.2021).
i. INTRODUCCIÓN.
Juramentado por el Congreso de la República, con Discurso Presidencial expuesto, y encarnando la Lucha por la Liberación de nuestros Pueblos desde la Quinua, el Presidente Constitucional del Perú, Pedro Castillo Terrones, provinciano del Pueblo, cuyas raíces auténticas de ser un campesino, educador y líder sindical son sus mejores banderas personales para esta Patria, que necesita situarse en un destino en armonía a su Aporte Patrimonial a la Humanidad Universal.
Por su grandeza como digno representante de la Cultura ancestral comunitaria e indígena, faro histórico de Indo-América; de la enseñanza de la realidad nacional, el patriotismo y demás Principios y Valores formativos, y de la defensa comprometida y ética de los derechos fundamentales y laborales.
Quienes no han vivido esa lucha diaria, por asumir estos tres (3) roles, no imaginan lo que ellos conllevan, en un país de exclusión social, pobreza extrema y de corrupción estructural de grupos.
II. ANÁLISIS.
Concluido el Discurso Presidencial, es penosa la organización acostumbrada de desinformación de los medios de prensa y comunicación, especialmente de la deudora cívica que es la televisión intrascendente, que seleccionan a quien darle la palabra crítica, cuales verdugos post mortem.
Aparecen así, “los opinólogos profesionales” que mismos buitres carroñeros, esperan la ocasión apátrida de atacar un Discurso Presidencial de un mandatario del Pueblo peruano, que incluso como el presente, tiene la validez de inicial o de ser el primero de un Gobierno Nacional, para sin respeto por morosidad científica y de sólo criticar, sin proyectar modelos de solución alternativos. ¿Cómo, no existe para ellos, el bien común, por el cual se demanda un trabajo en el conjunto ciudadano y la comunidad?. Ejemplo, acoger una muy cercana, digan algo sobre la violencia asesina contra la Mujer peruana, en nuestra realidad histórico-concreta.
La molusca contagiosa de la confiep dice ignorar y preguntar ¿qué es la rentabilidad social en la minería del Perú?. Significa en principio, que no sigan destruyendo los espacios comunales y ambientales, de donde se apoderan de nuestras riquezas; que no conviertan pueblos en socavones y cáscaras sin presente, ni futuro; que cese la liberación crónica de residuos químicos, relaves, gases tóxicos, polvos, drenajes ácidos y la destrucción irreversible de ecosistemas.
Esta situación irrepetible en nuestra Historia patria, es una forma de violencia social. Necesitamos empresarios líderes de verdad, dignos de ejemplo en concordar con los intereses del país receptor, no piratas de la dominación de infortunios de baja entraña. Primero, edifiquen la Visión del Perú y luego, cuestiónense.
Más aún, nos preguntamos ¿Por qué factores serán así y no asuman la forma correcta?. Este carga-montón sin Patria, no conduce a puerto alguno. En esta era global y tecnológica, pueden remitir sus visiones e iniciativas, mediante un simple correo electrónico, al despacho ministerial de interés competente, y punto.
¿Y aquellos Colegios Profesionales que los encubren? ¿Y sus directivos nacionales y locales, cautelando los intereses del país?. Nada de nada, salvo algunos, como el consecuente gremio médico hipocrático, pero son escasos. La mayoría residual, afásicos en lectura, escritura y expresión. Mudos del construir, sin aportación conocida, ni por aproximación.
¿Y sus códigos de deontología transversal?: Es como pedirles peros éticos, a los olmos sin conciencia social y razonamiento moral. Sobreviven fuera del Juramento profesional recitado oportunistamente a la Nación. Por lo menos, un Colegio Profesional, como resultado de sus investigaciones, debe editar y divulgar publicaciones científicas periódicas con estudios y propuestas que orienten ante la problemática nacional y regional. ¡Todos juntos, sí podemos!, ni lo conocen, ni la practican en sus referencias y entornos. Razón tuvo el filósofo Karl Marx, al legarnos, que de los sectores de mentalidad pequeña burguesa, no esperemos nada para la Patria.
Bien amado Pueblo de Ayacucho, que sabes con tu Arte incomparable, desde tu Santuario de Quinua, acoger a tu hijo predilecto, Pedro Castillo Terrones, recibe mi deber de Lucha también.