Este documento constituye el pensamiento ideológico, político y programático de nuestro Partido, poniendo a consideración del pueblo peruano su materialización. Plantear un programa homogéneo para todo el Perú definitivamente es imposible, aunque en términos generales quisiéramos acercamos a ello, considerando que nuestro país es un crisol de naciones y culturas, razón por la cual no es incoherente reconocer al Perú como un Estado plurinacional.
Quienes hemos recorrido el país podemos afirmar la existencia de las abruptas diferencias entre las diversas regiones. El norte, centro, sur y oriente, cada uno con sus propios problemas y potencialidades, sin contar con la capital que constituye un capítulo especial, poseen un origen, diagnóstico y tratamiento diferenciados, atendiendo a razones culturales y materiales, motivos por el cual debemos acercarnos a identificarlos de manera general y plantear propuestas de solución.
En todo este dilema nació en el país una corriente izquierdista provinciana, inicialmente como movimiento regional para luego constituirse en un partido de alcance nacional, Perú Libre. El nacimiento del Partido no solo fue una respuesta a la derecha, sino algo más importante, una respuesta a la izquierda tradicional del país, quienes se sentían únicos herederos legítimos de la representación nacional.
El camino para hacernos de un espacio político de la capital, no es una tarea fácil, es una tarea de titanes, pero es posible e indudablemente necesario. El elemento principal que haría viable este objetivo es la propia naturaleza de izquierda del Partido, frente a la degeneración o claudicación de las antiguas opciones, que si bien es cierto hoy sobreviven, pero no por ser partidos, sino por haberse convertido en empresas.
En estas circunstancias de mudanza y crecimiento hacia la capital, nos percatamos que necesitábamos mejorar un documento primigenio para que su mensaje sea más contundente en la militancia y los propios dirigentes, donde se definan las columnas ideológicas del Partido, fácil para su comprensión y asimilación, como arma vital para la lucha de las ideas contra el adversario político.
Valga la ocasión para señalar que, como cualquier otro documento ideológico y político esto no condiciona a una ortodoxia militante, sino cumpla su modesta misión de guía, nada más. Por el contrario, atentos a la crítica y autocrítica, estamos seguro que se enriquecerá aún más la propia teoría.
Con este documento, cuando nuestros militantes lleguen al poder o estén en proceso de construcción de éste, sabrán diferenciar cuál es la misión del gobierno y cuál la del Partido, que obviamente son diferentes, porque mientras uno hace obras, el otro construye el espíritu popular. Además, alertará para tomar la precaución debida frente a las conspiraciones del que indudablemente se está al acecho en un terreno movedizo donde obligatoriamente inicia toda génesis de un nuevo modo de producción.
Constituye un documento contestatario al neoliberalismo donde los niveles de la lucha de clases no se circunscriben al plano económico, político o social, sino algo más importante, también a los planos ideológico y cultural. Establece también una estrategia para rescatar al Estado minimizado, casi imperceptible y moribundo frente al avasallamiento de la dictadura del mercado.
Con el neoliberalismo nuestras empresas estatales fueron privatizadas; la libertad de mercado, libertad de empresa, libertad de industria y libertad de finanzas, quebraron nuestra incipiente industria nacional pública y privada; se socializaron las pérdidas y privatizaron las ganancias; se dio exclusividad monopólica a las empresas extranjeras; con la flexibilización laboral se autorizó mayor explotación legal al trabajador; se incrementó la brecha de desigualdad en el país, el hombre quedó reducido a ser un medio de producción o simple mercancía; y nos llevaron a una condición de neocolonia. En otras palabras, impusieron libertad para los ricos y coacción para los pobres.
Todos los males acarreados a nuestra sociedad, necesitan recetas o remedios que aplicar, la receta es el programa del Partido y el remedio tiene que ser la acción de una sociedad consciente de su misión revolucionaria, mientras nos destinamos a ver concretadas nuestras aspiraciones resumidas en el eslogan del Partido: ¡No más pobres en un país rico!