CAPÍTULO VI – SOBRE POLÍTICA DE TRANSPORTE Y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

El Perú merece ingresar a una etapa de integración vial nacional,  regional y local, moderna y eficiente, no seguir privado de los avances  tecnológicos por defender monopolios anquilosados que solo ven su  interés y no el de la nación. El mundo ha revolucionado tanto este  sector que cualquier país que lo ignore y no marche a las exigencias de  un mundo en perpetuo cambio estará condenado al subdesarrollo  permanente. 

Vías de comunicación terrestre. Debemos lograr un mayor desarrollo  de estas vías a lo largo de los ejes vertical y horizontal del país, para  ello deben modificarse las herramientas de gestión que han hecho del  Estado un ente lento y entorpecedor, logrando un Estado ágil y  eficiente, donde la rentabilidad económica, si bien es importante, no  sea el único criterio para construir las obras viales, pues debemos  asumir otros parámetros como el aislamiento de los pueblos, las fronteras vivas, amenazas del narcotráfico y terrorismo, índice de  pobreza, etc., para que el Estado moderno los atienda con la prioridad  que estas demandan. Asimismo, se deben revisar todos los contratos  ley, sobre todo los que privilegian a las concesionarias transnacionales de nuestras carreteras y ferrocarriles, obras construidas con nuestros  impuestos, pero que lamentablemente tenemos que pagar los peajes  más costosos para usarlas. 

Vías de comunicación ferroviaria. Esta modalidad de transporte  masivo se usa frecuentemente en otros continentes desarrollados del  que Suramérica se encuentra desprovisto, necesitamos procurar un  ferrocarril moderno que integre toda la costa peruana en cuestión de  horas, proyecto totalmente viable y rentable, de la misma forma, en la  selva peruana donde la geografía se presta para instalar este tipo de  transporte por sus llanuras. A diferencia de las anteriores, en nuestra  sierra se da una peculiaridad por la cordillera de los Andes, donde  predomina una geografía bastante agreste para prometer un tren bala,  por la cantidad de túneles que habría que hacer, pero que no es  irrenunciable. Al igual que las concesiones terrestres, las ferroviarias  deben ser revisadas, renegociadas o resueltas. 

Vías de comunicación aeronáutica. En un país marcado por los  Andes, la selva amazónica y la existencia de innumerables pueblos en  su interior, la vía aeronáutica representa por excelencia una vía  económica, moderna, segura y decisiva para el desarrollo de nuestros  pueblos. Ninguna región debe estar desprovista de un aeropuerto con  características internacionales o con proyección a ella, aun así, su  construcción sea por etapas. Asimismo, el Estado debe recuperar su línea aérea de bandera.  

Desde que se instauró el gobierno neoliberal, nuestros corredores  aéreos fueron vendidos a precio irrisorio y entregados principalmente  al monopolio chileno, exonerándolos de impuestos por un tiempo  prolongado y vencidos los plazos se niegan a pagar lo que actualmente  les corresponden. La empresa chilena LAN Perú adeuda al Estado un  monto de 440 millones USD más intereses y los montos por deuda  tributaria ascienden a 914 millones USD, equivalentes al presupuesto  anual de diez gobiernos regionales. 

Vías de comunicación marítima. Se abordará este tema cuando se  llegue al capítulo concerniente a nuestro mar territorial. 

Alto a la concentración de medios de comunicación. Existe una alta  concentración de medios en manos tres empresas que juntas dominan  el 84% del mercado. El Grupo Comercio tiene más del 60% de los  ingresos en el mercado, seguidos por el Grupo ATV y Grupo Latina. El Grupo Comercio, de José Graña Miro Quesada, es dueño de los  diarios, El Comercio, Perú 21, Gestión, Trome, Deport, Correo, Ojo, Ajá  y El Bocón, además de Canal 4 América Televisión y Canal N. También  propietaria de 15 medios digitales. 

Al existir la concentración, ésta constituye un verdadero atentado  contra la libertad de prensa, expresión e información, parcializando su  comunicación en dependencia de sus intereses políticos, económicos,  financieros, sociales, entre otros, afectando el pluralismo del  pensamiento social y el derecho a la información ciudadana. Estos  grupos están en manos de familias con intereses empresariales  constructoras y utilizando su influencia extorsionan al Estado. La  concentración de medios no solo debe ser combatida, sino prohibida. 

Televisión y radio nacional al servicio de todos los niveles de  gobierno. Actualmente la televisión y radio nacional están al servicio  del gobierno central, ningún espacio se considera para los gobiernos  regionales y menos para los locales, en otras palabras, se ha tomado  como una propiedad privada al servicio del presidente de la República  y su Consejo de Ministros. Esta excluyente realidad solo puede  revertirse con una enérgica descentralización. 

Democratización económica en medios de comunicación privado,  estatal y alternativo. En el Perú el Estado financia los medios de  comunicación estatal, pero fundamentalmente los medios privados. Los  segundos a diferencia de los primeros, reciben un enorme  financiamiento bajo el rubro de publicidad, que se calcula en 740  millones anuales, lo que infiere un gasto de 2 millones diario para los  dueños de los medios privados, en términos de costo e infraestructura,  podríamos equivaler a construir dos escuelas por día en el país. 

Esta circunstancia demuestra que les es imprescindible el dinero del  Estado para sobrevivir como prensa, no les basta el privado, lo que  contradice su esencia de libre mercado sobre el paternalismo estatal  que paradójicamente atacan. Está claro que bajo el vestido de  publicidad lo que realmente se paga es un soborno encubierto para  mantener el sistema sobre el cual se asienta el gobierno. 

El modelo ecuatoriano, en el gobierno de Rafael Correa, ante similar  circunstancia decidió democratizar el pago de publicidad estatal  rompiendo los monopolios. Ejecutó la sigueinte fórmula, del 100% del  presupuesto, el 33% pasó para el sector público; 33% para el sector privado y 34% para prensa alternativa. Esto coadyuvó a evitar la  concentración de medios, garantizando la pluralidad de información  para todas las corrientes políticas y manipulación a la opinión pública.  En el Perú, el 85% del presupuesto se ha orientado a los dueños de la  concentración de medios, el 15% al sector público y 0% a la prensa  alternativa.

Eliminación de programas “basura”. Pese a que algunos medios  televisivos, radiales y escritos distorsionan la mente de nuestras  nuevas generaciones, el Estado no puede regularlos por el libre  mercado, difundiéndose sin proteger a la niñez y a la juventud, pues el  Estado abdicó su papel protecto. Los ministerios de Educación y  Cultura deben evaluar los contenidos de la televisión y las radios antes  de la difusión, evitando de esta forma que se atente contra la moral y  las buenas costumbres de la sociedad peruana. 

Ley que regula los medios de comunicación. En un Estado  democrático todo está sujeto a ley y no debe confundirse “libre  mercado” ni “libertad de prensa” con impunidad. Ciertamente que una  prensa libre es vital para la democracia, pero contradictoriamente, una  prensa amarilla es fatal para la misma. 

La concentración de medios daña la democracia y la lucha  anticorrupción. Los dueños de estos medios son accionistas hasta con  el 22% de las acciones de las empresas que se privatizaron, así  controlan el poder económico, mediático, jurídico, político y la opinión  social, coadyuvando a la poca transparencia con que se conduce el  Estado. En realidad, se han convertido en voceros del gran  empresariado nacional y extranjero, distorsionando la democracia. Con  Fujimori evidenciamos que son parte del sistema corrupto del más alto  nivel avalando regímenes dictatoriales. 

Esta es la razón del porqué la ley de regulación es necesaria y evitar  con ello la “libertad” del enriquecimiento, chantaje, difamación, calumnia y sobre todo la mentira. Pero este sector no admite una ley  reguladora y cuenta con el apoyo de organizaciones internacionales,  digitadas por EEUU, como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).  A esto se suma el accionar pusilánime o cómplice del Parlamento. 

Ejercicio del periodismo y libertad de prensa. La derecha se refiere  a la libertad de prensa como elemento vital de la democracia,  moralizador de la sociedad y quien recuerda constantemente los parámetros para vivir en democracia. Hablan de su noble misión de  garantizar que el pueblo esté bien informado, critican ácidamente a los países socialistas de no practicar este principio vital para mantener la  paz social y la libertad del ser humano, cuando en realidad, hacen todo  lo contrario. 

Los medios de comunicación son poderosos instrumentos de dominio,  de hegemonía cultural, así la derecha tiene la capacidad de hacerles  creer a los pobres que lo que a ellos les beneficia también los beneficia.  Bajo el término de la “libertad” la sociedad permite que cualquiera se  arrogue la profesión de periodista, no hay un requisito mínimo para que  alguien tome un micrófono al aire y comience su negocio, utilizando  como método el chantaje, cuyas víctimas son en primera línea los  políticos y luego la democracia. Una sociedad que apunte a la seriedad  mediática debe exigir que el periodismo sea asumido por profesionales,  quienes tengan una formación deontológica y terminar con la  improvisación antiética y mercantil. 

El socialismo no aboga por la libertad de prensa, sino por la prensa  comprometida con la educación y la cohesión de su pueblo, así como,  en realidad, la derecha tampoco cree en la libertad de prensa, sino en  la prensa comprometida con sus intereses económicos empresariales  y financieros, pues cuando esta advierte la existencia de un enemigo  opta por atacarlo o invisibilizarlo de su agenda.  

Sociedad Interamericana de Prensa. Es una ONG fundada en 1943,  cuya sede está en EEUU, depende de fondos provenientes de  fundaciones e integra a los propietarios de los diarios, periódicos,  revistas y agencias informativas de América, siendo más de 1300.  Refieren defender la libertad de prensa y derechos de los periodistas,  pero en realidad, representan intereses de los grupos económicos  empresariales y financieros de América. Desenmascarados por los  presidentes izquierdistas Kirchner y Correa, y otros intelectuales, ésta  se comporta como una trinchera antisocialista.  

La SIP redactó la famosa Declaración de Chapultepec que Ecuador se  negó a firmar, pese a calumniarla como enemigo de la libertad de  expresión. Correa calificó a la SIP como promotora de la nueva guerra  fría, encargada del ataque sistemático-mediático, político, social y  económico, para desgastar y así derrotar a los gobiernos progresistas,  particularmente de Suramérica, financiada por la CIA. La presidencia la ocupa el peruano Gustavo Mohme Seminario dueño del diario La  República y accionista de América Televisión. 

Es deber del Estado socialista independizarse de esta organización que  concentra el poder mediático continental para defender el poder  económico de la oligarquía americana, porque saben que la guerra  política hoy es comunicacional, a decir de Correa, los medios de  comunicación han reemplazado a los partidos políticos. 

Legados de Lenin y Fidel. Gran razón tenía Lenin cuando manifestó  que la verdadera libertad de prensa en una sociedad solo es posible  cuando ésta se libere del yugo del capital. Asimismo, Fidel manifestó:  “El problema no es que mientan, el problema es cómo nosotros  decimos las verdades”, invocándonos a no tener esperanzas que la  izquierda utilice los medios de la derecha para hacer su revolución, pues lo que aquí queda es la creatividad de las masas. Acerca de la  misión del periodismo en el socialismo dijo: “La verdad en nuestros  tiempos navega por mares tempestuosos, donde los medios de  divulgación masiva están en manos de los que amenazan la  supervivencia humana con sus inmensos recursos económicos,  tecnológicos y militares”. 

Correa nos recordaba que cuando llegaron los españoles a América,  comenzó la colonización territorial y cultural, pero esto no sería fácil sin  la participación de un aliado político, mediático y propagandístico, que  en este caso fue, y sigue siendo, la Iglesia católica, mientras destruían  nuestras culturas y ejecutaban a los líderes nativos, invocaban la  obediencia y el bautizo, ofreciendo salvación en el cielo. En realidad,  este es el poder mediático que ahora ha mutado en la SIP. También  nos recuerda que la madre de todas las batallas será comunicacional,  cuando la derecha, hace una reunión, no tiene convocatoria, pero tiene  sus medios de comunicación, el poder más grande en el mundo entero,  poderoso instrumento para manipular a las masas, por ello los  militantes deben entender que el proceso de comunicación es  permanente.