El Perú merece ingresar a una etapa de integración vial nacional, regional y local, moderna y eficiente, no seguir privado de los avances tecnológicos por defender monopolios anquilosados que solo ven su interés y no el de la nación. El mundo ha revolucionado tanto este sector que cualquier país que lo ignore y no marche a las exigencias de un mundo en perpetuo cambio estará condenado al subdesarrollo permanente.
Vías de comunicación terrestre. Debemos lograr un mayor desarrollo de estas vías a lo largo de los ejes vertical y horizontal del país, para ello deben modificarse las herramientas de gestión que han hecho del Estado un ente lento y entorpecedor, logrando un Estado ágil y eficiente, donde la rentabilidad económica, si bien es importante, no sea el único criterio para construir las obras viales, pues debemos asumir otros parámetros como el aislamiento de los pueblos, las fronteras vivas, amenazas del narcotráfico y terrorismo, índice de pobreza, etc., para que el Estado moderno los atienda con la prioridad que estas demandan. Asimismo, se deben revisar todos los contratos ley, sobre todo los que privilegian a las concesionarias transnacionales de nuestras carreteras y ferrocarriles, obras construidas con nuestros impuestos, pero que lamentablemente tenemos que pagar los peajes más costosos para usarlas.
Vías de comunicación ferroviaria. Esta modalidad de transporte masivo se usa frecuentemente en otros continentes desarrollados del que Suramérica se encuentra desprovisto, necesitamos procurar un ferrocarril moderno que integre toda la costa peruana en cuestión de horas, proyecto totalmente viable y rentable, de la misma forma, en la selva peruana donde la geografía se presta para instalar este tipo de transporte por sus llanuras. A diferencia de las anteriores, en nuestra sierra se da una peculiaridad por la cordillera de los Andes, donde predomina una geografía bastante agreste para prometer un tren bala, por la cantidad de túneles que habría que hacer, pero que no es irrenunciable. Al igual que las concesiones terrestres, las ferroviarias deben ser revisadas, renegociadas o resueltas.
Vías de comunicación aeronáutica. En un país marcado por los Andes, la selva amazónica y la existencia de innumerables pueblos en su interior, la vía aeronáutica representa por excelencia una vía económica, moderna, segura y decisiva para el desarrollo de nuestros pueblos. Ninguna región debe estar desprovista de un aeropuerto con características internacionales o con proyección a ella, aun así, su construcción sea por etapas. Asimismo, el Estado debe recuperar su línea aérea de bandera.
Desde que se instauró el gobierno neoliberal, nuestros corredores aéreos fueron vendidos a precio irrisorio y entregados principalmente al monopolio chileno, exonerándolos de impuestos por un tiempo prolongado y vencidos los plazos se niegan a pagar lo que actualmente les corresponden. La empresa chilena LAN Perú adeuda al Estado un monto de 440 millones USD más intereses y los montos por deuda tributaria ascienden a 914 millones USD, equivalentes al presupuesto anual de diez gobiernos regionales.
Vías de comunicación marítima. Se abordará este tema cuando se llegue al capítulo concerniente a nuestro mar territorial.
Alto a la concentración de medios de comunicación. Existe una alta concentración de medios en manos tres empresas que juntas dominan el 84% del mercado. El Grupo Comercio tiene más del 60% de los ingresos en el mercado, seguidos por el Grupo ATV y Grupo Latina. El Grupo Comercio, de José Graña Miro Quesada, es dueño de los diarios, El Comercio, Perú 21, Gestión, Trome, Deport, Correo, Ojo, Ajá y El Bocón, además de Canal 4 América Televisión y Canal N. También propietaria de 15 medios digitales.
Al existir la concentración, ésta constituye un verdadero atentado contra la libertad de prensa, expresión e información, parcializando su comunicación en dependencia de sus intereses políticos, económicos, financieros, sociales, entre otros, afectando el pluralismo del pensamiento social y el derecho a la información ciudadana. Estos grupos están en manos de familias con intereses empresariales constructoras y utilizando su influencia extorsionan al Estado. La concentración de medios no solo debe ser combatida, sino prohibida.
Televisión y radio nacional al servicio de todos los niveles de gobierno. Actualmente la televisión y radio nacional están al servicio del gobierno central, ningún espacio se considera para los gobiernos regionales y menos para los locales, en otras palabras, se ha tomado como una propiedad privada al servicio del presidente de la República y su Consejo de Ministros. Esta excluyente realidad solo puede revertirse con una enérgica descentralización.
Democratización económica en medios de comunicación privado, estatal y alternativo. En el Perú el Estado financia los medios de comunicación estatal, pero fundamentalmente los medios privados. Los segundos a diferencia de los primeros, reciben un enorme financiamiento bajo el rubro de publicidad, que se calcula en 740 millones anuales, lo que infiere un gasto de 2 millones diario para los dueños de los medios privados, en términos de costo e infraestructura, podríamos equivaler a construir dos escuelas por día en el país.
Esta circunstancia demuestra que les es imprescindible el dinero del Estado para sobrevivir como prensa, no les basta el privado, lo que contradice su esencia de libre mercado sobre el paternalismo estatal que paradójicamente atacan. Está claro que bajo el vestido de publicidad lo que realmente se paga es un soborno encubierto para mantener el sistema sobre el cual se asienta el gobierno.
El modelo ecuatoriano, en el gobierno de Rafael Correa, ante similar circunstancia decidió democratizar el pago de publicidad estatal rompiendo los monopolios. Ejecutó la sigueinte fórmula, del 100% del presupuesto, el 33% pasó para el sector público; 33% para el sector privado y 34% para prensa alternativa. Esto coadyuvó a evitar la concentración de medios, garantizando la pluralidad de información para todas las corrientes políticas y manipulación a la opinión pública. En el Perú, el 85% del presupuesto se ha orientado a los dueños de la concentración de medios, el 15% al sector público y 0% a la prensa alternativa.
Eliminación de programas “basura”. Pese a que algunos medios televisivos, radiales y escritos distorsionan la mente de nuestras nuevas generaciones, el Estado no puede regularlos por el libre mercado, difundiéndose sin proteger a la niñez y a la juventud, pues el Estado abdicó su papel protecto. Los ministerios de Educación y Cultura deben evaluar los contenidos de la televisión y las radios antes de la difusión, evitando de esta forma que se atente contra la moral y las buenas costumbres de la sociedad peruana.
Ley que regula los medios de comunicación. En un Estado democrático todo está sujeto a ley y no debe confundirse “libre mercado” ni “libertad de prensa” con impunidad. Ciertamente que una prensa libre es vital para la democracia, pero contradictoriamente, una prensa amarilla es fatal para la misma.
La concentración de medios daña la democracia y la lucha anticorrupción. Los dueños de estos medios son accionistas hasta con el 22% de las acciones de las empresas que se privatizaron, así controlan el poder económico, mediático, jurídico, político y la opinión social, coadyuvando a la poca transparencia con que se conduce el Estado. En realidad, se han convertido en voceros del gran empresariado nacional y extranjero, distorsionando la democracia. Con Fujimori evidenciamos que son parte del sistema corrupto del más alto nivel avalando regímenes dictatoriales.
Esta es la razón del porqué la ley de regulación es necesaria y evitar con ello la “libertad” del enriquecimiento, chantaje, difamación, calumnia y sobre todo la mentira. Pero este sector no admite una ley reguladora y cuenta con el apoyo de organizaciones internacionales, digitadas por EEUU, como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). A esto se suma el accionar pusilánime o cómplice del Parlamento.
Ejercicio del periodismo y libertad de prensa. La derecha se refiere a la libertad de prensa como elemento vital de la democracia, moralizador de la sociedad y quien recuerda constantemente los parámetros para vivir en democracia. Hablan de su noble misión de garantizar que el pueblo esté bien informado, critican ácidamente a los países socialistas de no practicar este principio vital para mantener la paz social y la libertad del ser humano, cuando en realidad, hacen todo lo contrario.
Los medios de comunicación son poderosos instrumentos de dominio, de hegemonía cultural, así la derecha tiene la capacidad de hacerles creer a los pobres que lo que a ellos les beneficia también los beneficia. Bajo el término de la “libertad” la sociedad permite que cualquiera se arrogue la profesión de periodista, no hay un requisito mínimo para que alguien tome un micrófono al aire y comience su negocio, utilizando como método el chantaje, cuyas víctimas son en primera línea los políticos y luego la democracia. Una sociedad que apunte a la seriedad mediática debe exigir que el periodismo sea asumido por profesionales, quienes tengan una formación deontológica y terminar con la improvisación antiética y mercantil.
El socialismo no aboga por la libertad de prensa, sino por la prensa comprometida con la educación y la cohesión de su pueblo, así como, en realidad, la derecha tampoco cree en la libertad de prensa, sino en la prensa comprometida con sus intereses económicos empresariales y financieros, pues cuando esta advierte la existencia de un enemigo opta por atacarlo o invisibilizarlo de su agenda.
Sociedad Interamericana de Prensa. Es una ONG fundada en 1943, cuya sede está en EEUU, depende de fondos provenientes de fundaciones e integra a los propietarios de los diarios, periódicos, revistas y agencias informativas de América, siendo más de 1300. Refieren defender la libertad de prensa y derechos de los periodistas, pero en realidad, representan intereses de los grupos económicos empresariales y financieros de América. Desenmascarados por los presidentes izquierdistas Kirchner y Correa, y otros intelectuales, ésta se comporta como una trinchera antisocialista.
La SIP redactó la famosa Declaración de Chapultepec que Ecuador se negó a firmar, pese a calumniarla como enemigo de la libertad de expresión. Correa calificó a la SIP como promotora de la nueva guerra fría, encargada del ataque sistemático-mediático, político, social y económico, para desgastar y así derrotar a los gobiernos progresistas, particularmente de Suramérica, financiada por la CIA. La presidencia la ocupa el peruano Gustavo Mohme Seminario dueño del diario La República y accionista de América Televisión.
Es deber del Estado socialista independizarse de esta organización que concentra el poder mediático continental para defender el poder económico de la oligarquía americana, porque saben que la guerra política hoy es comunicacional, a decir de Correa, los medios de comunicación han reemplazado a los partidos políticos.
Legados de Lenin y Fidel. Gran razón tenía Lenin cuando manifestó que la verdadera libertad de prensa en una sociedad solo es posible cuando ésta se libere del yugo del capital. Asimismo, Fidel manifestó: “El problema no es que mientan, el problema es cómo nosotros decimos las verdades”, invocándonos a no tener esperanzas que la izquierda utilice los medios de la derecha para hacer su revolución, pues lo que aquí queda es la creatividad de las masas. Acerca de la misión del periodismo en el socialismo dijo: “La verdad en nuestros tiempos navega por mares tempestuosos, donde los medios de divulgación masiva están en manos de los que amenazan la supervivencia humana con sus inmensos recursos económicos, tecnológicos y militares”.
Correa nos recordaba que cuando llegaron los españoles a América, comenzó la colonización territorial y cultural, pero esto no sería fácil sin la participación de un aliado político, mediático y propagandístico, que en este caso fue, y sigue siendo, la Iglesia católica, mientras destruían nuestras culturas y ejecutaban a los líderes nativos, invocaban la obediencia y el bautizo, ofreciendo salvación en el cielo. En realidad, este es el poder mediático que ahora ha mutado en la SIP. También nos recuerda que la madre de todas las batallas será comunicacional, cuando la derecha, hace una reunión, no tiene convocatoria, pero tiene sus medios de comunicación, el poder más grande en el mundo entero, poderoso instrumento para manipular a las masas, por ello los militantes deben entender que el proceso de comunicación es permanente.